lunes, 20 de octubre de 2014

ALIMENTACIÓN Y NUTRICIÓN INFANTIL
Una alimentación sana y balanceada no sólo es contar las calorías que se ingieren. Es importante también la composición de los alimentos, su cantidad y los horarios en que se comen. Por eso es importante que los padres eduquen y creen hábitos que acompañarán a sus hijos por el resto de sus vidas. El sobrepeso y la obesidad infantil se han convertido en una de las enfermedades preocupantes de los últimos tiempos abarcando el 20% de esta población y con estimaciones de crecer hasta un 50% para el año 2010. Por esto es importante que los padres tomen conciencia y enseñen a sus hijos a alimentarse adecuadamente, aprovechando que mientras más pequeños, más fácil es manejar y cambiar sus hábitos, y así prevenir posibles enfermedades
¿Por qué es importante una alimentación adecuada?
Una buena alimentación es aquella que satisface los requerimientos calóricos y nutricionales del niño basándose en el esquema de la pirámide alimentaria.
Esto quiere decir, que los padres deben proporcionar a sus hijos, en cantidades adecuadas, productos de todos los grupos de alimentos y evitar que hagan dietas muy estrictas o hipocalóricas. Esto porque cada grupo aporta propiedades y nutrientes importantes al organismo del pequeño.
Además, es importante comer en pequeñas cantidades varias veces al día. Es fundamental no saltarse ningún tiempo de comida, ya que ese ayuno hará que aumente la ingesta en el siguiente tiempo. Además, el organismo no distingue calorías, sino volúmenes de alimento. Es decir, si un niño come cosas muy calóricas en reducidas cantidades, como por ejemplo una hamburguesa de comida rápida, volverá a sentir hambre y a comer a lo largo del día aumentando aún más su total de calorías.
        
Por otro lado, el organismo tiende a asimilar más y a formar más grasas si se come un gran volumen una vez durante la jornada, que si el mismo volumen se ingiere fraccionado en varios tiempos de comida. Además, este tipo de hábitos ayuda a mantener las glicemias (azúcares) estables, disminuyendo riesgos vasculares.
Grupos de alimentos y sus beneficios
Los alimentos que ingerimos día a día se clasifican en diferentes grupos:
. Lácteos
. Carnes 
. Frutas y verduras 
. Pan y cereales 
. Grasas 
. Azúcares 
. Condimentos como la sal
En el primero de ellos se encuentran la leche, el yogurt y el quesillo que aportan calcio y buenas proteínas, fundamentales para formar, mantener y reparar los tejidos y huesos del cuerpo y para que estos funcionen correctamente.
La importancia del calcio de la leche es fundamental en los niños y por tanto, es muy importante su consumo durante los primeros años, ojalá en tres porciones diarias.
En el siguiente segmento se ubican las carnes rojas, blancas y los pescados. Éstas son de gran importancia por su aporte de proteínas, hierro y zinc que ayudan a prevenir enfermedades como la anemia.
El pescado, por su parte, aporta grasas de buena calidad y previene las enfermedades del corazón. Estas grasas tienen especial importancia en el desarrollo de la retina y el cerebro en el feto y también un efecto beneficioso en el lactante menor de dos años, donde un consumo adecuado se relaciona con una mejoría en la agudeza visual. Por ello, la embarazada y la madre que amamanta deben consumir pescado al menos dos veces por semana.
Las frutas y verduras suelen ser rechazadas por los pequeños quienes no saben que son fundamentales para mantenerse sanos, por lo que es aconsejable que los padres las presenten de manera entretenida como por ejemplo en cremas, en sopas o ensaladas coloridas. Este grupo aporta vitaminas, antioxidantes y fibras, necesarios para prevenir la obesidad, las enfermedades coronarias, cáncer y deben consumirse por lo menos cinco porciones al día.
El pan y los cereales son importantes pero deben consumirse en menores cantidades, además, deben evitarse aquellos con mucha azúcar. Es recomendable cambiar el pan blanco por el integral y priorizar cereales como la avena. El arroz y los fideos también pertenecen a este grupo.
Un tema complicado siempre son las grasas y el azúcar. En el primer caso hay que distinguir las buenas de las malas. Las buenas proporcionan energía y el buen funcionamiento del organismo, pero igual se deben administrar en pequeñas cantidades ya que aportan muchas calorías.
El azúcar en cambio no aporta absolutamente ningún nutriente al organismo, por lo que es conveniente evitarla.
Finalmente, condimentos como la sal también deben ser ingeridos de forma moderada, ya que retiene líquidos y aumenta la presión. Lo mismo con alimentos enlatados y embutidos. Prefiera dar sabor a las comidas a través de condimentos aromáticos.
¿Cómo ayudar a los hijos a alimentarse correctamente?
         
Para que nuestros pequeños adquieran hábitos y logren una buena alimentación y nutrición, debe existir primero un compromiso familiar. Los niños no entienden nada de grasas saturadas, colesterol o hipoglicemia, todo esto parte por casa, porque la mamá compre y cocine más sano, evite que el niño pase hambre, estimule su actividad física y lo mantenga alejado de las tentaciones.

Añade además que un buen ejercicio para lograr esto es que los hijos acompañen a sus padres al supermercado. Así se les podrá ir indicando qué alimentos son de premio para el fin de semana y por qué hay algunos más importantes que otros.
Otro factor de ayuda es que a partir de los dos años, los niños se sienten en la mesa con los adultos, de manera que éstos sean un ejemplo y los pequeños aprendan de sus hábitos y a “comer como grandes”.
En el caso de que usted tenga que trabajar y deje a sus hijos a cargo de otra persona, evite que tenga a mano cosas que no puede comer, deje una minuta con opciones de alimentos permitidos en caso de que el niño tenga hambre y déjele también un listado con labores para cumplir, ya que el ocio y el aburrimiento hace que coman sin tener hambre.